La resurrección es el gran escape, el triunfo sobre nuestros temores e inseguridades. ¿Quieres saber cómo es posible?
Si has estado atascado en un ascensor lleno de gente, sabes cuán incómodo una se siente. Si alguna vez has sido apretado por la multitud en un estadio, sabes que puede ser algo traumático. Si alguna vez te quedaste atrapada en el metro de Nueva York durante un apagón en un atestado viernes, sabes que el pánico y la desesperación pueden irrumpir muy fácilmente.
Mucha gente sufre de claustrofobia en un grado u otro. La palabra viene de claustrum (lugar cerrado) y phobos (miedo). Se trata del miedo a no poder escapar y el sentirse encerrado en un lugar confinado y pequeño.
He escuchado a mucha gente decir que se han sentido atrapados en un empleo que odiaban, en un matrimonio fracasado o en una casa cuya hipoteca no podían pagar. Otras personas se sienten atrapadas en las circunstancias o por limitaciones físicas, como una enfermedad o discapacidad. Otras se sienten limitadas por su apariencia física, su edad o falta de educación. La mayoría de nosotros nos sentimos algo limitados, atrapados o como si tuviésemos obstáculos que no podemos vencer. Algunos están atrapados por la pena, la rabia o el remordimiento. Todas estas cosas nos dejan con un sentido de limitación. No nos dejan avanzar. Nos hacen sentir impotentes.
La Pascua de Resurrección nos recuerda del comienzo de algo nuevo, algo fresco, de un tiempo para vencer nuestros miedos e inseguridades. La resurrección nos ofrece un tiempo para centrarnos en las posibilidades de la vida en lugar de fijarnos en las limitaciones que imaginamos. Es un tiempo para confiar en que, a través de Cristo, Dios ha removido las barreras que nos detenían, que nos mantenían en miedo o que cerraban nuestros corazones y mentes.
Es el amanecer de un nuevo día, de una nueva vida. La piedra que bloqueaba la tumba de Jesús fue removida. Así también, todo lo que bloquea nuestro camino ha sido quitado. La historia de la resurrección nos muestra que mucho más es posible de lo que nosotros podemos ver. La historia de la resurrección nos empodera a nosotros y a otros a vivir plenamente la visión de vida que Dios tiene para nosotros.
¿Qué quisieras hacer hoy que es diferente? ¿Deseas lograr una relación más pacífica y amorosa? ¿Qué debes hacer para hacerlo una realidad? ¿Quieres mejores tus calificaciones en la escuela? ¿Quieres pagar tus deudas y ahorrar para tu jubilación? ¿Quieres hacer nuevos amigos y salir más? ¿Quieres dar de tu tiempo para hacer que el mundo sea mejor? ¿Quieres ser mentor de un niño o niña? ¿Quieres ser un padre o madre adoptiva? ¿Deseas rescatar a un animal o alimentar a los hambrientos? ¿Qué quieres con tu vida a partir de hoy?
Dios ha removida la piedra de la tumba. Por medio de Cristo, Dios nos ha mostrado que nada es imposible. Dios nos ha dado la libertad de vivir una vida inimaginable, una vida de gozo y esperanza. Nos permite redefinir relaciones y cómo las vemos. Dios nos permite enriquecer nuestras vidas para traer luz al mundo. La historia de la resurrección nos recuerda que cada día trae nuevas posibilidades.
¿Qué si tomamos en serio el que la piedra fue removida de la tumba? ¿Podremos terminar con las guerras? ¿Terminaremos con la pobreza? ¿Qué podemos lograr para el bien de nuestras familias, nuestras comunidades y el mundo, si tomamos en serio el mensaje de la resurrección que todo es posible, incluso el vencer la muerte? Si vivimos con este tipo de confianza, ¿Qué lograremos? Si con pasión creemos en nosotros mismos y en las promesas y el amor de Dios, en lugar de tan solo asentir intelectualmente a la idea de lo que significa seguir a Cristo, ¿Qué podremos hacer con nuestras vidas?
¿Cómo luce una vida sin límites? Cuando solo vemos los obstáculos en nuestras vidas, cuando nos centramos en lo negativo, ¿Qué milagros estamos perdiendo? ¿Qué oportunidades pasamos por alto?
La historia de la resurrección nos recuerda que no importa dónde has estado o dónde estás hoy. No importa si eres vieja o joven, casada o soltera, gay o heterosexual, rica o pobre, educada o sin educación. En la Pascua de Resurrección, celebramos que mediante Cristo la piedra fue removida, los obstáculos fueron quitados, y la vida como la conocíamos ha sido cambiada, todo ha cambiado y ya nada obstaculiza nuestro camino, ni siquiera la muerte.
Teresa Angle-Young escribe artículos para la temporada de cuaresma y sobre cómo todos podemos celebrarla. Teresa es una pastora que sigue a Dios, ama al prójimo y sigue a Jesús.
