Esta fue una difícil primavera para Ally Lay.
Cuando todas las instituciones académicas cerraron en marzo a causa del virus corona, esta metodista unida fue enviada a casa sin poder terminar su práctica de enseñanza que era el requerimiento final antes de recibir su título en educación de la Universidad de Tennessee. Unas semanas después, se enteró de que las ceremonias de graduación se habían cancelado. Entonces vino la gran tragedia: la lista de invitados para su boda del 23 de mayo se redujo de 350 a 10 personas.
“Tuve que aceptarlo”, dice Ally. “Lloré por unos días. Eran tantas cosas importantes a la vez. Todas las cosas que había soñado no ocurrieron de la forma en que las había imaginado”.
Una pandemia universal
Lo que le ocurrió a Ally y a su esposo –Rev. Andrew Lay, pastor asociado de la IMU Keith Memorial, en Athens, Tennessee– ha venido ocurriendo en todo el mundo en los últimos meses. Planes, esperanzas y expectativas se han convertido en desilusiones a causa del Covid-19.
Aceptemos que el año 2020 ha sido todo un desafío
“Ahora mismo, en medio de la pandemia, no creo que haya una persona en el mundo que no sienta que ha perdido algo”, dice el Rev. Gary Shockley, que sirve en la Conferencia Anual Susquehanna de la Iglesia Metodista Unida. Shockley es el autor y dibujante del libro “My Heart Sings a Sad Song,” cuyo fin es ayudar a los niños a manejar la aflicción.
Shockley mantiene que el duelo y la congoja son emociones que todas sufrimos, incluso los niños, cuando se cancelan nuestras rutinas y eventos, cosas como el campamento de verano, las vacaciones y la reuniones de familia. (Escuche la entrevista hecha a Shockley en cuanto al tema “Poniendo tu espíritu en forma”, pulsando aquí.)
Está bien sentirse triste
Lay no niega su aflicción. “Tuve que entender que todos mis sentimientos y desilusiones eran válidas”, dice Lay. “Fue bueno revisar mi salud mental en este tiempo y aprender que estaba bien sentirme desilusionada y triste. Saldremos de esto un día a la vez”.
El texto bíblico que Ally y su novio seleccionaron meses antes de su boda probó ser un ancla para sus vidas.
“‘Nada puede separarnos del amor de Dios’ fueron palabras que sirvieron como un recordatorio constante”, dice Ally, citando Romanos 8. “Aunque estábamos en medio de una pandemia global, no había nada que pudiera separarnos del amor de Dios. Para nosotros fue muy especial comenzar nuestro matrimonio con palabras como esas”.
Andrew decidió añadir al consuelo del texto bíblico una estrategia que llamó “bueno, mejor, espléndido”.
“Este fue mi plan para generar un proceso que nos ayudara a entender lo que estaba ocurriendo”, explicó. “Nos entregó herramientas para a saber cómo hacerlo”.
El escenario de “bueno, mejor, espléndido” les hizo visualizar cómo luciría su boda con sólo 10 (bueno), 25 (mejor) y 50 personas (espléndido). Al final, terminaron con la versión buena que era darle prioridad a la salud y seguridad de la familia.
Un vistazo a través de la ventana para enfrentar la vida
El Dr. Terrell McDaniel –psicólogo metodista unido del área de Nashville, Tenn.– usa la técnica de la “ventana”. La estrategia procede del libro Career Burnout, pero el método se puede aplicar más allá del área laboral.
“Con el método de la ventana para enfrentar la vida”, nos dice, “usted piensa en lo que puede o no puede lograr. Es una forma de poner en acción la plegaria por serenidad. Se trata de replantearse lo que está ocurriendo.
“El manejo del estrés debe servir para lidiar activamente con las cosas sobre las que usted puede tener algún control y mitigar o evitar las cosas que no se pueden cambiar”, dice McDaniel. “¿La sabiduría para saber la diferencia? Eso viene con la experiencia, la educación y también la oración”.
Ser creativo en la celebración de eventos es también una forma de calmar la desilusión, sugiere McDaniel. Los amigos y familiares tienen la oportunidad de realizar eventos como graduaciones en forma más personalizada y especial en la presente situación. (Lea acerca de la sorpresa creativa de la boda de los Lay aquí). Haga preguntas: “¿Qué voy a hacer en lugar del plan original?” “¿Podemos hacerlo más adelante?” Estas son formas de replantear el asunto y navegar por la tristeza.
Haga que estos tiempos sean parte de sus recuerdos
Una forma de replantear el asunto es “darse cuenta que, ante todo, esto pasará. Por ejemplo, no habrá otra graduación bajo estas condiciones, lo cual crea una situación única de la cual hablar. Esta es una forma de replantear la experiencia y hacer limonada de los limones”, dice McDaniel.
Evidentemente, Ally Lay es experta en hacer limonada cuando piensa en cómo habría lucido su boda con 350 invitados.
“Siento que con la mayoría de las bodas, especialmente con la que organicé, habríamos estado corriendo por todas partes, hablando con cientos de personas, y todo habría sido tan frenético”, dice. “Ahora no me puedo imaginar nuestra boda de ninguna otra forma como la que fue. Sólo nosotros y la gente que nos ama. Fue realmente especial”.
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*Crystal Caviness trabaja para UMC.org en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contacto: [email protected] o 615-742-5138.