Rethink Church

Comprometiéndose con la fe en una cultura de incredulidad

Tenemos preguntas. ¿Encuentran estas preguntas lugar en la religión?
Tenemos preguntas. ¿Encuentran estas preguntas lugar en la religión?

Nuestro mundo y cultura se convierten cada vez más seculares y sin religión. Mucha gente abandona la iglesia y el cristianismo. Sin embargo, no abandonan del todo la idea de creer en una naturaleza divina. Dicen ser espirituales, pero no están afiliados a ninguna religión en particular.

Como persona joven, encuentro que esta perspectiva es muy común entre los milenarios (nacidos entre 1981 y 1996) y la Generación Z (nacidos después de 1997). Hoy ya no es popular ser cristiano o suscribirse a alguna ideología religiosa. Soy una persona joven de fe, y entiendo a estas personas. No suena bien comprometerse con una ideología religiosa que el mundo exterior considera homofóbica, discriminatoria e hipócrita, aunque esta percepción del cristianismo no es correcta. El cristianismo tiene mala reputación, pero hay razones válidas de por qué es así.

Crecí en el llamado “cinturón bíblico” como hija de pastor. No acepté las creencias conservadoras de tanta gente a mi alrededor. Las perspectivas estrechas de algunas interpretaciones bíblicas me dejaron sintiéndome marginada, así como se sienten mis amigos homosexuales, familiares y otras amistades de las minorías. Entiendo completamente por qué la gente abandona el cristianismo. El cristianismo los ha abandonado a ellos.

Buscando una nueva perspectiva para la fe

Cuando entré a la universidad, abandoné la iglesia y el cristianismo. Sin embargo, no dejé mi espiritualidad durante este período de deconstrucción de mi fe. Al navegar por los medios sociales, un día encontré un anuncio patrocinado por un grupo de una iglesia local de Chattanooga. El anuncio promovía un estudio que trataba de Jesús y la Biblia para los que no creen. Esto me llamó la atención. Jamás había oído de un estudio bíblico para no creyentes. Como estaba comprometida con crecer espiritualmente, decidí asistir a este estudio.

El estudio bíblico no se parecía a ningún otro estudio bíblico al que asistiera creciendo en la iglesia. El líder del estudio era un pastor de una iglesia local de Chattanooga. La primera semana confeccionó un cuadro de casi todas las religiones diferentes, las ideologías de la nueva era, y de los sistemas de fe. Nos entregó a cada uno declaraciones de fe y nos preguntó con cuál afirmación nos identificábamos más. Empezó el estudio diciendo: “Tú decides qué creer. Yo estoy aquí solo para responder a tus preguntas y decirte por qué pienso que lo que creo es la verdad”. Esto me sorprendió. Su meta no era convertirnos en cristianos. Lo que quería era que conversáramos acerca de diferentes creencias y por qué él creía personalmente en las enseñanzas de Jesús.

Así como pasaban las semanas, también lo hacían mis preguntas. Llegó un momento en que ya no había más gente pero yo era la única que seguía buscando respuestas a mis preguntas. Finalmente, me dijo: “Madison, siempre vas a cuestionar las cosas, y eso es bueno. Pero en algún momento tendrás que decidir si tienes suficientes respuestas como para decidir lo que vas a creer”.

A través de este estudio bíblico para no creyentes aprendí la importancia de comprometerme espiritualmente con Cristo. Uno no puede forzar a alguien a que adopte la fe. Uno puede tratar, pero no sería un compromiso verdadero. El pastor de estos estudios vino a encontrarnos allí donde estábamos. Proveyó de un lugar en el que podíamos hacer preguntas difíciles y nos dejó que llegáramos a nuestras propias conclusiones sin forzar ninguna agenda.

Dios se compromete con nosotros

Esto es una reflexión de Dios. Una de las cosas lindas de Dios es que Dios no nos fuerza a creer. Dios quiere que lleguemos a creer porque lo decidimos por nosotros mismos. Ese es un compromiso verdadero.

Soy instructora de yoga, estoy involucrada en la comunidad artística y me encanta la vida integral. Como parte de estos grupos culturales, escucho muchas conversaciones acerca del crecimiento espiritual. La gente se toma el tiempo para orar y conectar con su espíritu. Pero toda esta conversación espiritual no está claramente definida. Administra vagas ambigüedades y no tiene un fundamento sólido en la verdad o lo que es la verdad. Creo que todas estas ambigüedades pueden dejar que se entrometan ideologías corruptas, si no permanecemos firmes en Cristo.

El compromiso espiritual con Jesús elimina la ambigüedad. La Escritura define cómo debe ser nuestro compromiso espiritual. En Mateo 22:378-38, Jesús dice: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente —le respondió Jesús—. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos” (NVI).

El Señor nos ama tanto que envió a Jesús para que pudiéramos tener una relación con Dios. Dios no lo hace a la fuerza, más bien se introduce en nuestra realidad y nos provee de maneras para que nos conectemos donde sea que estemos en nuestra marcha espiritual. Depende de nosotros si vamos a optar por tener una relación con Cristo.

Madison Myers estudia Mercadotecnia en la Universidad de Tennessee, Chattanooga. Madison ha viajado a la mayoría de los parques nacionales de nuestro país y su meta es visitarlos todos.

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