El Rev. John Stephens cita al apóstol Pablo, que en Filipenses 4:6 nos dice “No se preocupen por nada” (Reina Valera Contemporánea), pero este pastor del área de Houston reconoce que es toda una lucha tratar de seguir este consejo.
“Uno de los mandamientos más difícil de cumplir es el que nos manda a no preocuparnos por nada”, dice Stephens, pastor titular de la Iglesia Metodista Unida de Chapelwood, Texas. “Las preocupaciones nos deconstruyen constantemente, nos fragmentan. Nos distraen y dispersan”.
Aunque la ansiedad es el resultado de un mundo que vive bajo la pandemia del virus corona, algunos pastores metodistas unidos dicen que es posible limitar o eliminar el miedo y la preocupación que nos amenaza.
“La gente cree que la paz viene cuando hemos resuelto nuestros problemas”, dice Stephens. “Eso no es tener paz. Si usted solo se refiere al cambio de circunstancias, eso se llama desahogo. La paz es un estado de mente que solo Dios puede dar”.
El apóstol Pablo prescribe oración
¿Cuándo empieza el proceso y cómo? Las Escrituras nos dicen, en la segunda parte del versículo 6: “sino que sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Reina Valera Contemporánea).
“Me parece que Pablo está dando una receta para sanar la preocupación y llevarnos a la paz, la unidad y la unión con Dios”, enseña Stephens.
Cuando Stephens habla de la oración a su congregación, por lo general apunta a dos tipos de oración: La oración centrante, lo cual puede involucrar el orar pasajes bíblicos (llamada también Lectio Divina); y la oración contemplativa, que tiene que ver con sentarse y oír a Dios.
El propósito de estas oraciones, nos dice, es “quitarnos a nosotros mismos de en medio”.
Además de la oración, el apóstol sugiere, en el versículo 8, que redirijamos nuestros pensamientos: “Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza” (Dios Habla Hoy).
“Pablo no era psicólogo, pero la ciencia habla de todas las vías neuronales que tenemos en el cerebro y de cómo el cambiar nuestros pensamientos puede cambiar nuestras vías neuronales”, dice Stephens, añadiendo que cree que Pablo nos está enseñando a pensar en forma positiva.
- Orar
- Céntrese en lo positivo
- Encuentre una razón para reír
- Adopte una nueva actividad
- No vea las noticias
- Revisite algo que le trae consuelo
- Cree una lista de cosas para hacer
Fíjese en lo hermoso
La Rev. Donna Pritchard combate la preocupación centrándose en lo que es hermoso y bueno. Sea que esto apunte a una flor floreciendo en su jardín o a algunas líneas de sus poemas favoritos, la pastora titular de la Primera Iglesia Metodista de Portland, Oregón, usa este mecanismo para conectarse con Dios.
“Estas son señales de la presencia creativa de Dios en este mundo ahora mismo”, dice. “el que estemos experimentando la vida en una nueva forma, extraña y difícil, no significa que Dios no está con nosotros. Recordemos que este momento es todavía el momento de Dios”.
La risa es el mejor remedio
Además de ver lo positivo en el mundo, Pritchard busca razones para reír cada día.
“No se olviden del poder de la risa. Particularmente en un tiempo en que la gente está agudamente consciente del dolor en el mundo, ayuda decir que hay razones para reír”, nos explica, añadiendo que la risa beneficia el sistema inmunológico.
El Rev. Matt Hall aborda el tema con los lentes de la recuperación o rehabilitación. Como pastor asociado de ministerios de recuperación de la Primera Iglesia Metodista de Maryville, Tenn., entiende los miedos y sus trampas, especialmente porque él también estuvo en recuperación.
“Algo que le digo a la gente constantemente es que lo opuesto a la adicción no es la sobriedad, sino la comunidad”.
Ahora que el gobierno ha mandado el distanciamiento social, Hall trabaja para mantener una conexión emocional por medio de reuniones por internet, llamadas telefónicas regulares y otras formas creativas, como reuniones para ver algo en Netflix.
Personalmente, Hall ha creado su propia lista de maneras para neutralizar la soledad, y para evitar que produzca miedo.
Trate algo nuevo o revisite algo viejo
“He empezado a cocinar”, dice Hall, añadiendo que nunca tuvo tiempo para hacerlo anteriormente.
“Esta es una gran oportunidad para tratar cosas nuevas”, nos sugiere, diciendo que intentar algo nuevo sin que nadie esté mirando tiene sus ventajas. “No hay mejor tiempo y lugar más seguro para fracasar si uno lo hace en el confinamiento de su propia casa”.
Mientras que Hall intenta nuevas experiencias, otra forma que usa para combatir la preocupación es eliminar algunas cosas.
“Estoy determinado a no seguir ningún medio noticioso”, dice Hall. “Siento que cualquier noticia de última hora me llegará de una forma u otra. No es saludable que me bombardeen con noticias”.
Hall más bien se vuelve a cosas que le han dado consuelo en tiempos difíciles pasados, como los libros, por ejemplo.
“Estoy leyendo otra vez el libro “Love Does” por Bob Goff. Es uno de los dos libros que tengo en Kindle. Leo unos 20 o 30 minutos al día”.
Obviamente que la oración es también algo que Hall receta.
“Primero oro a Dios que me quite el temor y después hago algo al respecto”, dice Hall. “En mi propia experiencia, he encontrado que mis oraciones son mejores cuando las uno a algunas cosas que hago después”.
Para Hall, estas acciones incluyen hacer una lista diaria que siempre tiene que ver con 10 personas a las cuales llamar.
“Si están en mi teléfono”, dice Hall, “creo que están allí por alguna razón y esa razón es que los llame hoy para saludarlos”.
Nota: Este artículo y las opiniones de pastores metodistas unidos no tienen el fin de reemplazar la atención médica. Si usted experimenta una depresión o ataques prolongados de ansiedad, por favor consulte con médicos profesionales.
Crystal Caviness trabaja para UMC.org en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contacto: [email protected] o 615-742-5138.