Maneras en que los metodistas unidos pueden combatir el cambio climático

Los metodistas unidos han respondido al llamado de cuidar la tierra por medio de reducir el consumo de energía y levantar nuestras voces. Foto por Paul Jeffrey, Comunicaciones Metodistas Unidas.
Los metodistas unidos han respondido al llamado de cuidar la tierra por medio de reducir el consumo de energía y levantar nuestras voces. Foto por Paul Jeffrey, Comunicaciones Metodistas Unidas.

Hemos escuchado decir: “Todos hablan del clima, pero nadie hace nada al respecto”. Cuando Mark Twain popularizó este dicho —que quizá tomó de Charles Dudley Warner— , todos se rieron. La gente creía que nada podíamos hacer para cambiar el clima.

Aunque todavía no hemos logrado convertir un día de lluvia en un día de sol, los científicos informan que nuestro comportamiento está afectando el clima y que a través de los años lo ha alterado dramáticamente.

Como metodistas unidos, hemos aceptado el llamado para hacer todo lo que podamos para cuidar del planeta tierra. El Salmo 24 dice: “Del SEÑOR es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan” (Sal. 24:1, NVI). En el primer capítulo de Génesis, Dios instruye a los humanos a que cuiden de la tierra y todo lo que Dios creó en ella.

La parte de nuestros Principios Sociales que trata del Mundo Natural habla de estos textos bíblicos cuando empieza la sección, diciendo “Del Señor es la tierra, y somos responsables de la manera en que la usamos”.

Los hechos

La Junta Metodista Unida de Iglesia y Sociedad ha producido tarjetas o cartas de fe y hechos sobre la justicia climática. Estas cartas dicen que “el dióxido de carbono y otras fuentes de contaminación… están englobando la atmósfera como una manta”. Esta manta está calentando el planeta.

La Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio (NASA) define el cambio climático como “una amplia gama de fenómenos globales producidos principalmente por la quema de combustibles fósiles”. Estos fenómenos incluyen el calentamiento del planeta y “eventos climáticos extremos” (NASA Global Climate Change).

Nuestros Principios Sociales indican que “las consecuencias adversas del cambio climático global afectan desproporcionadamente a las personas y naciones con menos responsabilidad por estas emisiones”. Esto significa que la gente que vive en los países industrializados tiene la responsabilidad de reducir sus emisiones a fin de reducir los efectos que el cambio climático tiene en aquellos que producen menos contaminantes.

Si reducimos la emisión de contaminantes conocidos como gases invernadero, los cristianos que fácilmente tienen acceso a la energía pueden hacer algo para aliviar el problema. La reducción de dióxido de carbono y otros contaminantes ayudará a frenar estas tendencias globales y a abordar algunos de los efectos adversos para nuestros vecinos y nosotros mismos.

Reduzca el daño que usted causa

Ahorre electricidad: Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, la producción de electricidad es la que genera más emisión de gases invernadero. “Aproximadamente, el 67 por ciento de nuestra electricidad viene de la quema de combustibles fósiles, mayormente carbón y gas natural”.

La Junta Metodista Unida de Iglesia y Sociedad recomienda el uso de bombillas CFL (luz fluorescente compacta) o LED (diodo emisor de luz). Ambas usan significativamente menos electricidad que las bombillas incandescentes tradicionales. Cuando reemplace los electrodomésticos, invierta en aquellos modelos que gastan menos electricidad.

También ponga atención a cuanta energía usa. El mantener las cortinas abiertas nos puede ayudar a no prender la luz. Iglesia y Sociedad también recomienda reducir el uso del aire acondicionado.

Use energía renovable: Si se puede, investigue e invierta en fuentes de energía como poder solar y eólica. Estas fuentes de energía reducen la necesidad de usar tipos de energía que emiten gases invernadero.

Transporte: los automóviles que manejamos también producen mucho dióxido de carbono. Elija compartir un automóvil con otros para transportarse, use la locomoción colectiva o maneje un vehículo de bajas emisiones para ayudar a reducir significativamente nuestra producción de contaminación.

Coma alimentos locales: Adquiera alimentos producidos cerca de usted para reducir la necesidad de que estos productos tengan que ser transportados a grandes distancias. Esto ayuda a reducir el uso de vehículos que queman combustibles fósiles.

Levante su voz

Aprenda lo que dice la iglesia: Un excelente lugar por donde empezar es la sección sobre el mundo natural de nuestros Principios Sociales de la Iglesia Metodista Unida. Esta sección aparece en el Libro de Disciplina y fundamenta la posición que tiene la Iglesia Metodista Unida respecto a asuntos sociales importantes, incluyendo nuestra mayordomía del clima global.

En 2009, los obispos metodistas unidos emitieron una declaración respecto al cambio climático llamada: God’s Renewed Creation: Call to Hope and Action. La guía de estudio es un gran recurso para formar grupos de estudio en la iglesia.

Explore también los sitios web de justicia climática y otros recursos provistos por la Junta de Iglesia y Sociedad y por Mujeres Metodistas Unidas.

Al explorar estas declaraciones y ministerios, comparta lo que está aprendiendo con amigos, iglesia y comunidad.

Contacte a oficiales electos: Inste a los funcionarios locales, estatales y federales a que apoyen iniciativas para producir energía limpia, legislación que reduzca emisiones y ayuda para quienes luchan sobreviviendo el cambio climático. Su participación podría llevarlo a asistir a un mitin, hacer llamadas telefónicas y enviar cartas o emails.

Contacte su congregación: Usted quizá tenga ideas de cómo su congregación podría reducir el uso de energía. Done bombillas que usan menos energía. Hable con los fideicomisarios para que inviertan en termostatos que ayuden a consumir menos energía. Organice el compartir un vehículo cuando vayan a reuniones y otros eventos.

Sea un activista en su comunidad: Ponga atención a los lugares como la escuela de sus niños, lugares públicos y otros lugares comunitarios que están gastando mucha energía y produciendo emisiones. Encuentre maneras de participar en una solución.

Es nuestra responsabilidad

En Génesis 1, Dios entregó a los seres humanos —usted y yo— la responsabilidad de cuidar de la creación. Como seguidores de Jesucristo, tenemos la responsabilidad de preservar, proteger y cuidar de la creación de Dios.

A pesar de lo que dijo Mark Twain, quizá podamos hacer algo acerca del clima. Si llegamos a ser mejores mayordomos de la energía y si hablamos de la justicia climática, los metodistas unidos que viven en países industrializados podrán participar en el trabajo de frenar y solucionar los efectos del cambio climático.

Joe Iovino trabaja en UMC.org, en Comunicaciones Metodistas Unidas. Contáctese usando el email: [email protected] o llamando al 615.312.3733.

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