¿Qué sucede cuando convertimos la “fe” en un verbo?

La fe nos mueve a la acción.
La fe nos mueve a la acción.

En este artículo:

  • ¿Por qué pedimos más fe?
  • Ejemplos de la fe que impulsa
  • Fe que hace cosas

En Lucas 17, Jesús expone algunas enseñanzas difíciles y termina la lección diciendo: Si tu hermano “peca contra ti siete veces en un día, y siete veces regresa a decirte ‘Me arrepiento’, perdónalo” (Lucas 17:4 NVI).

Asombrados por esta enseñanza, los discípulos le ruegan a Jesús: “¡Aumenta nuestra fe!

¿Se acuerda de algún momento en que usted quería tener más fe? ¿Hubo un tiempo en que alguien le dijo “Ten más fe”?

Es una respuesta muy estadounidense. Al parecer creemos que la solución a todos nuestros problemas es más. Más dinero. Más fama. Más influencia. Más tiempo. Más fe.

¿Cómo luce tener más fe?

Nunca me agradó que la gente me dijera que todo lo que necesitaba era más fe. ¿Cómo reúno más fe? ¿Simplemente aprieto mis ojos, manos y todo con más fuerza para sacar más fe? Cierto que oré más, pero nunca me ayudó a sentir que tenía más fe.

Luego, esas mismas personas me citarían la siguiente parte de la historia de Lucas:

“Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza…”, implicando que jamás tuve dicha fe.

¿No es chistoso que cuando los discípulos le pidieron más fe a Jesús, éste básicamente les negó lo que pedían?

Pidiendo más fe

¿Por qué cree usted que Jesús les negó lo que pedían?

Supongo que debemos preguntarnos lo que significa pedir más fe (o cuando le decimos a otra persona que tenga más fe).

Creo que muchas veces pedir más fe era solo una forma de aliviar mi ansiedad teológica y existencial: “Caramba, Dios, dame algo. Pruébame que eres real, para que sea imposible dudar de ti. Una sola vez. Solo necesito que produzcas una prueba indudable para que jamás dude de ti”.

El resto del tiempo, mi petición surge de mi profundo deseo por tener alguna habilidad sobrenatural. Si soy del todo honesto, esa sería la habilidad de controlar a Dios y hacer que Dios haga lo que yo quiero.

Hace años, la Iglesia Metodista Unida lanzó una campaña que se llamaba Rethink Church (= repensando la iglesia), esencialmente levantando la pregunta “¿Qué pasaría si la iglesia no fuera un sustantivo sino un verbo?” Quizá ahora deberíamos empezar otra campaña que pregunte “Qué si la fe no es un sustantivo sino un verbo?” Básicamente, ¿Qué si la fe no es algo que tenemos sino que hacemos?”

Creo que cuando Jesús dijo “Si ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza” implicaba que ya tenemos toda la fe que necesitamos.

En asuntos de fe no existe una talla única. No existe una oración específica para obtener más fe. No hay una fórmula para transformarnos en cristianos más fieles. Porque la fe no es cuantificable.

Ya tienes a Jesús, ¿qué más quieres?

Abraham y más fe

¿Qué hizo de Abraham un ejemplo de fe? Para mí la respuesta viene de dos palabras de Génesis 12:3, “Abram partió” (NVI). En la historia, Dios le pide a Abram que lo deje todo y confíe en Dios. Y Abram partió.

No se sentó a orar acerca de lo que escuchó. No le pidió a Dios que le doble su fe. No leyó algunos versículos bíblicos para reflexionar sobre las palabras de Dios. Abram simplemente confió en Dios y partió.

De modo que, para mí la fidelidad hoy en día viene inspirada por Abram. Es una fe que actúa.

Es compartir el amor al que soy llamado a compartir.

Es dar el perdón al que Jesús nos invitó dar.

Es hacer pequeñas cosas que parezcan intrascendentes o por debajo de mí, y hacerlas con mucho amor.

Porque a eso se me ha llamado.

Conocer todos los versículos bíblicos y recitar todas las oraciones son cosas buenas. Debemos seguir leyendo la Biblia y orando. Pero eso no es todo lo que es nuestra fe. El mandamiento de amar a Dios viene acompañado del mandamiento de amar al prójimo. Oramos y actuamos.

La fe no siempre está destinada a sorprender y asombrar a la gente. La fe es simplemente estar consciente de la presencia de Dios en todo momento. La fe es entender que se nos invita a ser socios de Dios en la obra de introducir el reino de Dios más y más.

Seamos fieles dando un paso adelante. Confiemos que el Espíritu de Dios está con nosotros. Ve y haz algo.

Actúa con amor.

Realiza la ayuda.

Realiza el cuidado.

Haz el perdonar.

Trata la fe más como un verbo que un sustantivo.


Joseph Yoo es autor de When the Saints Go Flying in.  Se mudó de la costa oeste para vivir feliz en Houston, Texas, con su esposa e hijo. Sirve en Mosaic Church, Houston. Visite josephyoo.com

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