¿Qué es la nueva vida?

Trabajo como administrador de casos de niños y jóvenes en riesgo. Ocupo mucho tiempo con niños del orfanato. Muchos de ellos no tienen ninguna conexión con familiares y menos con sus padres.A menudo, viven en hogares grupales donde los dueños de casa bregan para cuidar 10 o 15 niños que a veces hasta se pierden en el “sistema” al moverse de una casa grupal a otra. Al cumplir los dieciocho años, muchos de estos niños dejan el sistema sin haber tenido la oportunidad de vivir vidas “normales” en la seguridad y cuidado de un hogar que los haya adoptado. Entran a una nueva vida que realmente se siente tal cual como la antigua. Muchos de los niños en esta condición se preguntan: “¿qué es una nueva vida?”

Mi hijo, D’Shawn, pasó por este tipo de experiencia. A los diez años, ya había pasado por once albergues, incluyendo casas grupales y hogares especializados en cuidar a huérfanos. Los problemas de pobreza y drogas que se daban en su hogar terminaron llevándolo a los orfanatorios, perdiendo todo contacto con su familia. El 15 de junio de 2010, D’Shawn fue adoptad, y pudo entonces experimentar una vida nueva. Ya no tendría que ir a otro albergue. Ya no habría más audiencias en los tribunales. Ahora vivía en un hogar donde hay amor. Aunque una que otra vez tuvimos problemas en el proceso de sanar su pasado, nos aferramos a la nueva vida de la familia.

¿Qué es una vida nueva?

Pablo nos habla de haber encontrado una nueva vida en la cual somos transformados en una nueva creación.

"¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde?  2 ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?  3 ¿Acaso no saben ustedes que todos los que fuimos bautizados para unirnos con cristo Jesús, en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte?  4 Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como cristo resucitó por el poder del padre, también nosotros llevemos una vida nueva." (Romanos 6:1-4, NVI)

Nuestra conducta aquí y ahora es el comienzo de vidas transformadas por el amor de Dios. La gracia preventiva de Dios nos hace conscientes de nuestra necesidad de reconciliación. Esa gracia es el amor que está presente por todo el mundo, donde sea que la bondad de Dios existe.

Nuestras vidas son nuevas porque ahora caminamos como hijos e hijas de Cristo, como nuevas criaturas. La forma en que pensamos, hablamos, sentimos y actuamos ha cambiado. Nuestra vida ahora está orientada hacia nuestra relación con Cristo, quien une a la creación con su creador.

La vida que tenemos no es tan sólo una vida vana, sino una vida llena de gracia. Jesús lo dijo: “yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn. 10:10 NVI).

La tradición metodista habla de esta nueva vida como llena de gracia justificante. Así como mi hijo adoptivo fue transformado en una nueva vida a través de la adopción, nosotros también somos transformados a una nueva vida cuando aceptamos el amor de Dios hecho realidad a través de la obra de Cristo.

Por ejemplo, en otro empleo que tuve me ocupaba de adultos indigentes crónicos. Les ayudábamos en el proceso de encontrar un lugar donde vivir. El día en que les entregábamos las llaves de su nueva apartamento era el día en que celebrábamos una nueva vida que se abría en frente de ellos. Una vida en la que estarían seguros y amados.

Gracia santificadora: evidencia de la nueva vida

La nueva vida que experimentamos se muestra a través de la gracia santificadora, por la cual nuestra vida madura como cristianos, porque buscamos la forma de ser personas nuevas que aceptan la salvación de Dios para cambiar nuestras vidas, para reconectarnos con nuestro creador. Buscamos la forma de amar a Dios y a nuestro prójimo. A través de nuestra relación con Cristo, estamos más cerca de Dios y experimentamos una relación más profunda con otras personas.

Cuando acepté la salvación de Dios a los trece años, mi vida fue hecha nueva en un instante. Al madurar, Dios continúa trabajando en mí a través de su gracia santificadora, de tal forma que mi vida es transformada por la gracia de Dios hacia una vida de perfección en el amor. Mis pensamientos y palabras son un adelanto visible del cielo aquí en la tierra, llevando a otros a la cruz de Cristo y a las buenas nuevas de salvación.

Creo que esta vida nueva siempre está cambiando. Creo que Dios siempre está haciendo algo nuevo, para llamarnos a nuevos espacios donde somos ejemplos de la misericordia de Cristo en un mundo quebrantado. Dios nos muestra cómo podemos crecer en nuestra fe y dones espirituales para transforma el mundo, un mundo que necesita la gracia de Dios.


El Rev. Joshua Warner sirve como ministro de cuidado pastoral en la Iglesia Metodista Faith, en Phoenix, Arizona. Joshua tiene una maestría en cuidado pastoral de United Theological Seminary, y una maestría en educación de adultos de Colorado State University. Joshua también trabaja en el área de la salud pública de la conducta como administrador de casos de niños con necesidades mayores, donde trata a jóvenes de alto riesgo y sus familias.

[Publicado 5 de marzo, 2019]

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